lunes, 25 de enero de 2021


Apuntes sobre: Tipos y Funciones del Cartel

TEMA

Tipos y Funciones del Cartel

José Isaac Cortés López

 

Esta clasificación, acordada por los profesores que conforman la academia de Cartel, de la carrera de Diseño para la Comunicación Gráfica de la Universidad de Guadalajara, sobre los tipos de cartel aquí presentada tiene su origen en el análisis de su estructura y sólo se considera con fines académicos para una mejor comprensión de este producto, ya que todo cartel tiene una sola intención: informar y promocionar eventos, productos y servicios, a través de un lenguaje bimedia (imagen y texto) con la finalidad de modificar la conducta de quien recibe el mensaje. La clasificación del cartel desde la perspectiva de su estructura considera tres aspectos: la intención (formar o informar); el tipo de producto (comercial, cultural, político o social) así como las funciones comunicacionales necesarias para emitir el mensaje de la manera más directa y eficiente para lograr la comunicación en un Cartel.

 

En la figura 1 se puede observar esta clasificación con mayor detalle:

 

 

 

Figura 1. Funciones de cartel. Elaboración propia con información de Costa y Moles (1999).

 

Clasificación por intención:

 

 

Formativo: cuando la intención es modificar los hábitos de los usuarios. Ejemplo: campañas de vacunación o de prevención de delitos.

Informativo: cuando la intención es la participación de la gente en eventos en un tiempo y espacio determinado; por ejemplo, eventos culturales como la Feria Internacional del Libro.

 

Clasificación por tipo de producto que promueve

 

Comercial: promociona la venta de productos de consumo, por ejemplo, un tequila.

Cultural: promociona eventos culturales para la sociedad, como un concierto de cámara, exposiciones en museos.

Político: promueve posturas ideológicas, ejemplo de ello son las campañas electorales.

Social: promueve eventos que mejoren la calidad de vida de la comunidad, la salud, el orden, la civilidad, por mencionar algunos.

 

Esta última clasificación implica un proceso creativo es más complejo, pues es necesaria una exhaustiva investigación que permita la flexibilidad de las posibles soluciones, incluyendo las diversas variables que pueden

ayudar a potencializar la construcción de un mensaje que se adecue a la percepción que la gente tiene sobre el producto o servicio que se ofrece y genere impacto. Es importante considerar la mezcla de dos de los tipos de cartel antes mencionados, ya que es posible combinarlos de acuerdo con las necesidades de comunicación, a saber:

 

Político-social: Cuando las intenciones políticas se establecen en el contexto de lo social en promesas de campaña, como mejoras a los sistemas de salud, seguridad, mejoras en la calidad de vida para la ciudadanía, etcétera.

Comercial-cultural: Cuando una marca comercial patrocina un evento cultural como exposiciones, festivales, muestras de cine, etcétera.

Político-comercial: Se presenta cunado el candidato es visto como un producto de consumo para un segmento específico de votantes, es decir, el candidato se vende a la población.

Comercial-social: Cuando la empresa, al vender un producto, participa en alguna acción en beneficio a la sociedad o apoya asociaciones civiles, educativas, etcétera, mediante donaciones de un porcentaje del precio de venta de sus productos.

Político-cultural: En ocasiones, la cultura es moneda de cambio

político y se establece como parte de una promesa de campaña.

O se presenta a un grupo político como patrocinador de actividades

culturales.

Social-cultural: Asociaciones civiles que difunden cultura o que la esgrimen como parte de sus actividades para conseguir objetivos de culturización social con o sin fines de lucro.

 

En realidad, se pueden hacer combinaciones entre todos los elementos mencionados, lo cual diversifica en mucho los tipos de cartel, sus intenciones y elementos comunicacionales, los cuales se determinan en función de su eficacia para persuadir al auditorio de comprar, consumir o elegir gobiernos, por mencionar algunos ejemplos.

 

Para hablar de Las Funciones del Cartel tendremos que hacer necesariamente énfasis en algunos temas relacionados para lograr entender mejor el tema. Si nos remitimos a la definición de Función, hallamos:

En el Diccionario de Google:

“Actividad particular que realiza una persona o una cosa dentro de un sistema de elementos, personas, relaciones, etc., con un fin determinado.” (1)


Función según la RAE:

 

f. Ling. Papel relacional que, en la estructura gramatical de la oración, desempeña un elemento fónico, morfológico, léxico o sintagmático. (2)

 

Función apelativa

f. Ling. función del lenguaje que tiene como finalidad influir en la conducta del receptor.

Función conativa

f. Ling. función del lenguaje que tiene como finalidad influir en la conducta del receptor.

Función fática

f. Ling. función del lenguaje que tiene como finalidad asegurar o mantener la comunicación entre el emisor y el receptor. (ibid)

 

Así que comencemos con nuestro primer hallazgo que la menciona como actividad particular dentro de un sistema de elementos. Un cartel es creado para cumplir con el cometido de comunicar algo a alguien, aquí entonces es que tenemos en juego tres elementos fundamentales que permitirán que esto suceda, a saber:

Emisor: Quien desea comunicar algo a alguien.

Mensaje: Información que se debe transmitir de un ente a otro.

Receptor: Quien recibe la información.

 

Aristóteles fue quien ilustro el proceso de la comunicación en su retorica por vez primera y nos señala que la comunicación, es un proceso donde se utilizan todos los medios de persuasión que se tengan al alcance para hacernos entender los contenidos de un mensaje y actuar en consecuencia y lo grafica de la siguiente manera:


Quién-emisor, qué-mensaje, quién-receptor
• La persona que habla QUIÉN
• El discurso el discurso que pronuncia QUÉ
• La persona  que escucha QUIÉN

 

Esto nos inserta en un sistema de comunicación, como se menciona, donde cada uno de estos elementos cumple una función. En el cartel, las funciones que se entablan al momento de ocurrir la comunicación serán diversas y hay que considerarlas como parte de este sistema, es decir, no podrán ser omitidas ya que cualquiera de ellas que no esté presente, afectará necesariamente el mensaje por lo que es importante identificarlas, decretarlas y establecerlas en el diseño del cartel. Siendo el cartel un medio de comunicación masiva entre tantos más como el cine, la prensa, televisión, la radio, se deben conocer tanto las funciones, como el adecuado uso de las mismas para la persuasión que Aristóteles menciona.

Nunca como antes los medios de comunicación han contribuido a globalizar procesos políticos, económicos y sociales y por supuesto, culturales.

 

Funciones del cartel

Para que sea considerado un producto de comunicación, en el cartel se deben tomar en cuenta varios factores conocidos como funciones. Siguiendo a Costa (1994 a, pág.49), son cinco: función artística, motivadora, estética, educativa y comunicativa; todas deben evidenciarse en el producto gráfico. A continuación, se presentan:

Función comunicativa. Al ser un producto que fue creado como medio

informativo público, busca transmitir el mensaje de manera precisa a

través de un leguaje claro, mediante una expresión breve, homogénea

y sencilla, además de reconocible para cualquier sector de la población,

con la intención de informar sobre un evento, producto o servicio.

Función educativa. Esta acción tiene como fin modificar los hábitos y la

conducta del auditorio con el objetivo de que consuma un bien, producto

o servicio; así mismo, busca la formación de ciertas posturas sociales

y políticas. Como ejemplo, se encuentran las campañas de vacunación o

las político-electorales.

Función estética. De acuerdo a Costa y Moles (1999), “El afiche decora

la ciudad” (pág.51), con sus colores y formato ambienta el espacio gris

de las zonas urbanas motivando visualmente a quienes habitan estos espacios.

Por otro lado, el uso de los cánones de composición que ordenan

los elementos que constituyen el cartel, hace de esta pieza un objeto

armónico que se puede considerar bello debido a la sensibilidad innata

de la humanidad.

 

 

Figura 2. Funciones del cartel. Elaboración propia con información de Costa y Moles (1999).


Función motivadora. La esencia del cartel es persuadir y esto se genera

al momento en que los deseos son transformados en necesidades a través

del lenguaje bimedia que constituye la estrategia del afiche.

Función artística. Tal vez esta sea la más criticada de las funciones, ya

que esta refleja las corrientes estilísticas que influencian al creativo, el

cual aplica su sensibilidad, conocimientos técnicos y artísticos en función

del mensaje.

 

Es impontante que las funciones estén plenamente identificadas y se observe una armonía en la consecusión de la transmisión del mensaje a través del uso y aplicación de las funciones de acuerdo al tipo de cartel, ya que algunas reverenciarán más a unas que a otras, esto mediante la metaforización y el uso de otros recursos tanto técnicos, teóricos y metodológicos que en los siguientes trabajos se explicarán.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Bibliografía:

 

Costa, J. (1994a). Comprender el Cartel. Visual: magazine de diseño, creatividad

gráfica y comunicación. 6 (50), 12-17.

Costa, J. (1994b). La imagen global. Barcelona: Editorial Ceac.

Costa, J. y Moles, A. (1999). Publicidad y Diseño. Buenos Aires: Ed. Infinito.

Chávez Lecuanda, Marco Aquiles y Cortés López, José Isaac. La línea materializante como método de diseño de carteles. Caso de estudio: Carteles Somos Agua. Revista Zincografía, Año 2 Número 3. Enero-Junio, 2018. Pp. 5-28

 

1. https://www.google.com/search?client=firefox-b-d&q=Diccionario&stick=H4sIAAAAAAAAAONQesSoyi3w8sc9YSmZSWtOXmMU4-LzL0jNc8lMLsnMz0ssqrRiUWJKLeZZxMoNFEsGi2XmAwCSYWV3OAAAAA&zx=1606861121889#dobs=funci%C3%B3n

2.    https://dle.rae.es/funci%C3%B3n?m=form Recuperado 01 de diceimbre 2020.

 



La Historia del Cartel

 Un poco sobre el tema de la Historia del Cartel.

 

LA HISTORIA DEL CARTEL

José Isaac Cortés López


INTRODUCCIÓN

 

Cartel o Póster, pliego de papel, de gran formato, impreso con anuncios o avisos, producido de forma masiva para su exhibición en público. Por lo general, se componen de una imagen a color y un breve texto o una marca identificativa. Normalmente, tienen fines comerciales —anunciar productos o publicar acontecimientos—, pero también pueden ser recomendaciones de educación pública, instrumentos de propaganda o meras obras de arte sin un mensaje particular.

Los carteles nacieron en el siglo XV con la invención de la imprenta. Los primeros, que generalmente no iban ilustrados, daban aviso de proclamaciones reales, decretos municipales, ferias y mercados y, en algunos casos, anunciaban libros. En los siglos siguientes a veces estaban ilustrados con pequeños grabados a fibra, pero su producción no era fácil por lo que no eran muy comunes. Los pósteres no empezaron a tener su aspecto actual hasta el siglo XIX.

 

COMIENZOS DEL PERIODO MODERNO

Hacia 1800 se produjeron dos acontecimientos que dieron lugar a la era moderna del cartel. Uno de ellos fue el inicio de la industrialización a gran escala, que generó la necesidad de una publicidad extensiva. El otro fue el invento, en 1798, de un nuevo método de impresión, la litografía, que hacía mucho más fácil la ilustración de carteles en color. El auge de la producción de pósteres tuvo lugar durante la primera mitad del siglo XIX, pues se utilizaron para anunciar una amplia gama de productos y de servicios. También por esa época aparecieron los primeros carteles teatrales, generalmente con ilustraciones realistas de escenas de las obras, óperas o espectáculos que anunciaban.

Casi todos estos pósteres eran prosaicos y sencillos. En 1867, el francés Jules Chéret realizó un cartel anunciador de una representación teatral a cargo de Sarah Bernhardt y a partir de ese momento el arte del cartel empezó a hacer gala de todas sus posibilidades. Chéret fue el primer artista moderno de carteles y revolucionó su apariencia dando el papel preponderante a la ilustración, que hasta entonces estaba subordinada al texto, y dejando para éste una función explicativa, relativamente menos importante. También partía de ilustrar directamente el texto. En lugar de escenas realistas dibujaba figuras idealizadas, realzando su belleza, vitalidad y movimiento. Se especializó en carteles de teatro, de los que hizo alrededor de 1.000; uno de los más característicos es una muchacha, llena de frunces y de volantes, bailando el cancán sobre un fondo diáfano color pastel. El texto era mínimo, unas pocas palabras anunciando el nombre del teatro y la representación.

Los métodos de Chéret se extendieron rápidamente a Europa y a América y, aplicados tanto a los carteles teatrales como a los de publicidad de productos comerciales, dieron lugar a un arte del cartel, visualmente encantador, que apelaba directamente a los sentidos y resultaba comprensible también para los analfabetos.

Esta nueva vitalidad en el arte del cartel atrajo hacia el género a numerosos artistas conocidos, alcanzando su punto culminante en la década de 1890, con las innovaciones introducidas por algunos representantes del Art Nouveau y por los pintores franceses Henri de Toulouse-Lautrec y Pierre Bonnard.

 

LA DÉCADA DE 1890

Toulouse-Lautrec, uno de los cartelistas más destacados del siglo XIX, introdujo importantes cambios en su contenido y en su estilo artístico. Abandonó el impresionismo lírico de los estilos precedentes para utilizar grandes zonas de colores lisos, técnica tomada de los grabados japoneses. Las figuras femeninas idealizadas de las épocas anteriores fueron sustituidas por personas reales, aunque sutilmente estilizadas, formando viñetas, como una mujer bebiendo en un bar, o un caballero y una dama sentados a una mesa besándose. El artista redujo la importancia del texto, obligando al espectador a concentrar su atención en el aspecto pictórico del cartel. Una de las últimas obras de Toulouse-Lautrec es su cartel Jane Avril (1899) en el que, con excepción del nombre de la artista, el texto ha sido completamente eliminado, y constituye el prototipo de todos los carteles modernos, puramente pictóricos.

Los representantes del Art Nouveau introdujeron un estilo pictórico alternativo al de Toulouse-Lautrec, creando carteles de imágenes exóticas y estilizadas por medio de líneas fluidas y de elegantes formas alargadas. Entre los artistas de carteles estilo Art Nouveau más representativos se encuentran el inglés Aubrey Beardsley, el francés nacido en Checoslovaquia Alphonse Mucha, el belga Henri van de Velde, las hermanas escocesas Frances y Margaret MacDonald, el estadounidense Will Bradley, el austriaco Gustav Klimt y el holandés Jan Toorop. Van de Velde, con su cartel Tropon (1899), marcó un hito y un estilo totalmente nuevo en esta parcela del arte, al eliminar totalmente las figuras humanas y sustituirlas por un dibujo abstracto. Dentro de esta corriente modernista destacan en España Ramón Casas, autor del célebre cartel de Anís del mono y Santiago Rusiñol.

Sin ser un artista muy prolífico, Bonnard introdujo una importante innovación en esta modalidad artística. En un cartel anunciador del periódico La Revue Blanche, realizado en 1894, utilizó el texto como parte integral de la ilustración, entrelazando las letras con el dibujo y empleando como fondo palabras en caracteres muy pequeños. Este nuevo estilo ejerció un efecto vigorizante sobre el posterior diseño de carteles que duró hasta bien entrado el siglo XX.

 

EL SIGLO XX

Con el estallido de la I Guerra Mundial en 1914, el arte del cartel experimentó un cambio radical. Los pósteres pasaron a ser instrumentos de propaganda y se utilizaron también para llamar a filas y para vender bonos de guerra. Comparándolos con los estilos anteriores, resultaban artísticamente toscos, pero con un mensaje contundente.

Durante las décadas de 1920 y 1930, los carteles reflejaron numerosísimas influencias: cubismo, surrealismo, dadaísmo y Art Déco, entre otras. Entre los artistas del género se encontraban los franceses Cassandre (nombre profesional de Adolphe Mouron, 1901-1968) y Jean Carlu, y el estadounidense E. McKnight Kauffer. Las obras más conocidas se deben al primero de ellos, quien, en sus anuncios de los ferrocarriles franceses, en estilo Art Déco, como el del Nord Express (1927), representa los trenes y las vías con un elegante estilo geométrico, semiabstracto. Durante esos años se generalizaron dos nuevos tipos de cartel, el de cine y el de viajes. El éxito alcanzado por el cine mudo y, después de 1929, por el cine sonoro, acarreó un enorme aumento en la producción de carteles cinematográficos.

En los años veinte y treinta alcanzaron también gran importancia los carteles no comerciales realizados por artistas, sobre todo en Alemania y en Rusia. Los dadaístas John Heartfield, George Grosz y El Lissitzky, experimentaron con carteles fotográficos (en lugar de pintados), haciendo complejos fotomontajes con fragmentos de diferentes fotografías. La escuela alemana de la Bauhaus, en Weimar, Dessau y Berlín, fue la pionera en crear nuevas formas de arte gráfico, integrando el texto del póster en el dibujo y utilizando, en algunos casos, las palabras o las letras para componer todo el dibujo. La obra del artista estadounidense, austriaco de nacimiento, Herbert Bayer situó el dibujo gráfico de carteles en un nivel de refinamiento no igualado hasta la década de 1960.

Durante la II Guerra Mundial volvieron a aparecer contundentes carteles de propaganda, a menudo realizados por artistas tan importantes como Ben Shahn. En los carteles de la posguerra se adaptaron y refinaron las tendencias anteriores. Pintores como los españoles Pablo Picasso y Salvador Dalí, el francés Henri Matisse, el suizo Max Bill y el estadounidense Roy Lichtenstein, realizaron carteles, de la misma forma que los artistas gráficos de Estados Unidos Peter Max, Milton Glaser y Tomi Ungerer. En Latinoamérica destaca la escuela cubana, que desarrolló un estilo propio, encabezado por el diseñador gráfico Félix Beltrán.

Actualmente, los anuncios a través de televisión, radio e imágenes fotográficas en multitud de periódicos y revistas, muestran la efectividad del cartel y el papel que desempeñaba el artista en su diseño, mientras agencias publicitarias han reaccionado produciendo carteles fotográficos muy llamativos visualmente y de gran calidad.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Bibliografía:

 

Alcocer Garmendia, J.A. (1991), Qué es el Mundo del Cartel, Ed. Granada, Madrid.

Barnicoat, J. (2000), Los carteles su historia y su lenguaje, Ed. Gustavo Gili, Barcelona, (5ª. Edición).

Meggs, Phillip B. (2009) Historia del Diseño Gráfico. Barcelona – México: RM.

Moles, A. et J. Costa, (2005). Publicidad y Diseño, Ed. Infinito, Buenos Aires. (3ª. Edición).


miércoles, 1 de octubre de 2008

¿El Porqué del Nombre?

Supongo que se lo preguntaron y pues he aquí un intento de expresar las razones.

Primero, nuestra cultura está diseñada por lo que sabemos, lo que somos, lo que hacemos y lo que pensamos y soy uno de los que eligieron el diseño como disciplina, como forma de expresión y de hacernos de los recursos para subsistir. Entonces construimos (todos) cultura por diseño y diseño por cultura, porque es lo que sabemos, lo que hacemos y en lo que pensamos. Bienvenidos todos, diseñadores del mundo ¡¡Uníooosss!!

Afortunadamente considero tener buenos amigos diseñadores, por supuesto mucho mejores que yo, si no ¿de donde aprendemos? además de mis alumnos (también como docente en la Universidad de Guadalajara, LIPRO y en UTEG) que me enseñan a diario a no tomarme tan en serio la figura de profesor.


Aprovechare para agradecer al buen Daniel 'Pinpon' por obligarme a generar este espacio y como dicen todos los que tienen uno (eso si lo he leído varias veces) espero no abandonarlo demasiado.

He aquí pues un espacio para lo que quieran, gusten y manden. Bienvenidos al Blog del Isaac.